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Presencia de los Hermanos Menores Capuchinos en Quintana Roo
La historia de la presencia de los Hermanos Menores Capuchinos en la hoy Diócesis de Cancún - Chetumal, fue el fruto de una donación de un terreno muy grande que una mujer llamada Vicky muy devota del padre Pío habia soñado para ese lugar. Ella quería hacer de ese espacio como un san Giovanni Rotondo en donde pudiera haber todo lo que ese lugar ofrecía a tantos fieles devotos. Un hospital, una casa de acogida, un centro de espiritualidad y por supuesto un convento en donde estuvieran los hermanos de la misma Orden a la que padre Pío pertenecía, los Capuchinos.
Esta mujer de gran corazón contacto al entonces superior de Mexico el padre Juan María Castro de la hoy Provincia de España un 28 de diciembre del 2006 y el después de hablar con ella comentaba a los hermanos: “vaya broma del día de los inocentes…., me han llamado para ofrecernos un terreno en Cancun para que podamos construir un santuario para el padre Pío”. Pues aunque fue un día de los inocentes la oferta era una realidad y para el año 2007 los capuchinos en su asamblea anual trataron el tema de la fundación de una nueva presencia en el sur del país. En dicha asamblea los hermanos vislumbraron esta propuesta como una gran oportunidad para tener una misión ya que el terreno se encontraba en una zona muy marginada de la ciudad y con muchas necesidades espirituales y materiales. Así, prácticamente por aprobación unánime los hermanos optábamos por ir a Cancún para iniciar esta aventura al lado del padre Pío.
El 12 de marzo del 2008, llegaba a Cancún el primer fraile capuchino, Pablo Jaramillo Escobar a iniciar esta presencia. Poco después llegó el hermano Francisco Sádaba y juntos comenzaron su labor misionera en la Semana Santa de ese año. Al principio los hermanos vivían en una casa muy sencilla que servía de sacristía en el terreno que contaba también con una capilla de lámina donde se comenzó a celebrar la misa.
A través de todos estos años, varios hermanos han pasado por esta presencia queriendo darle forma poco a poco a este sueño compartido logrando terminar la construcción de una iglesia con capacidad para 300 personas en el año 2017.
Esta iglesia es hoy sede de la Cuasi parroquia de san Pío de Pietrelcina y cuenta con diferentes apostolados propios de una comunidad en donde se va respondiendo a las necesidades pastorales de la zona.
Actualmente el proyecto del santuario continúa caminando con la presencia de tres hermanos que están trabajando para consolidar este proyecto desde tres lineas fundamentales que se trazaron desde el inicio:
- área social,
- área pastoral y
- área espiritual.
Padre Pío de Pietrelcina
¿QUIEN ES SAN PIO DE PIETRELCINA, CONOCIDO MÁS COMO EL PADRE PIO?
Una pregunta difícil de responder pues el mismo padre Pío decía que “él se consideraba un misterio para sí mismo”. Sin embargo sin tratar de presentar aquí una biografía, tratemos de pincelear algunos aspectos de su vida.
HARÉ MAS RUIDO MUERTO QUE VIVO: así respondía el padre Pío cuando uno de los frailes del convento que vivía con él le dijo: “padre Pío ya no hagas tantos milagros, haces mucho ruido”. Y sí, ciertamente podemos decir que él fue un fraile capuchino con una clientela mundial buscado por personas de todo tipo por la gran misericordia que daba a todas las personas que buscaban en él consuelo y alivio.
Padre Pío nació en Pietrelcina, un pueblo del sur de Italia y desde niño su salud era débil, sin embargo eso no le impidió alcanzar sus sueños de consagrarse a Dios quien le había revelado que tenía una “Grandísima Misión”. Ya como fraile su salud fue empeorando e incluso adelantaron su ordenación sacerdotal por estos motivos, sin embargo, poco tiempo después de ser ordenado, fue destinado al convento de Santa María de las Gracias en San Giovanni Rotondo cerca de la ciudad de Foggia en Italia. Ahí, su salud se estabilizó y permaneció allí el resto de su vida. Desde ese lugar fue donde Dios obro prodigios admirables a través de los numerosos carismas que le fueron concedidos y desde donde padre Pío hizo tanto bien a miles de personas.
Padre Pío de nombre Francisco Forgione, perteneció a la Orden de Hermanos Menores Capuchinos fundada por san Francisco de Asís y ya desde pequeño tuvo una sensibilidad muy grande junto con manifestaciones místicas en donde veía a Jesús, a la Virgen y a su ángel de la guarda. Siendo muy niño vivió su primer milagro fruto de su intercesión cuando vio a una madre angustiada rezar por la salud de su hijo parapléjico que llevaba en brazos a una iglesia suplicando su curación. El niño Francisco en ese momento se dirigió a Jesús pidiéndole que no desatendiera esta oración y repentinamente el niño quedo curado.
La historia del padre Pío está tejida en una serie de acontecimientos asombrosos, maravillosos, inexplicables en donde como hemos dicho Dios actuó fuertemente para conceder grandes gracias a miles de personas.
Entre muchos de sus dones y carismas, tenía el don de la bilocación, es decir de poder estar en otro lado sin salir del convento para ayudar y asistir a quien necesitaba de su ayuda. Algunas veces era visto, otras no, pero al padre Pío le gustaba gastar bromas incluso en estas intervenciones maravillosas. Cientos de casos en el mundo durante en vida como después de ella, atestiguan esta manera de manifestarse y una serie de anécdotas maravillosas han hecho del padre Pío un santo muy amado y popular y que son prueba que su misión de acercar a las almas a Dios continúa quizás con mayor fuerza que nunca.
En su deseo de ayudar a las personas en cualquier necesidad, el padre Pío participó y fundó muchas obras sociales y de caridad en torno al convento, siendo la más importante el hospital monumental conocido como “Casa Alivio del Sufrimiento”. Esta fue la obra más bella que la Providencia le concedió y que aún hoy continúa creciendo, una obra apoyada y sostenida por los “grupos de oración” fundados también por el padre Pío alrededor de todo el mundo. Haber llamado al hospital una “casa de alivio”, habla muy bien de lo que el padre Pío era y sigue siendo en su deseo de dar a la gente un amor cercano, tierno, como lo hace una madre a su hijo.
Podemos decir sin temor a equivocarnos que todo lo que ha nacido y crecido alrededor del padre Pío, es fruto de su unión con Cristo y su deseo de salvar a la humanidad, no sin obstáculos y persecuciones que padre Pío también padeció fuertemente, pero que a través del tiempo han consolidado un gran número de devotos que experimentando su ayuda e intercesión caminan hacia la santidad con alegría y entrega. Toda una escuela y una “familia” de santidad se ha formado en torno al padre Pío, como una luz que brilla en este tiempo para dar alivio, consuelo y esperanza a la humanidad.
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